martes

Vos sos la cabeza y yo las manos

Seguramente hayan notado como en el día a día, presenciamos conversaciones que no tienen ningún tipo de razón de ser: el ascensor, la depiladora, el peluquero, el portero del edificio... Son solo algunos ejemplos de los miles que existen.
Yo me pregunto: ¿Para qué seguimos dándoles pie? Si todos sabemos, pero nadie se anima a decir que son las conversaciones mas inútiles do mondo.

5 personas ya largaron:

La otra parte de mí dijo...

pero hacen a tu día a día o no?

konst dijo...

estan cierto

Anónimo dijo...

oprque es divertido

Autodestrucción dijo...

que buen blog!
es genial :D

Maia dijo...

En verdad creo que es un tema más profundo de lo que parece. Yo siempre pienso en este asunto. Son un embole las "charlas de ascensor" (siempre las llamé así, a todas, como genéricamente). Pero tienen que ver con varias cosas. Por un lado, con que uno está poco educado para bancarse el silencio. Yo he ido construyendo una cierta tolerancia al silencio (aunque no en todos los casos - sí, por ejemplo, por teléfono, a tal punto que hoy en día puedo y experimento hacer silencio en una charla telefónica-), pero hay mucha gente que no se banca estar en silencio con otros (btw, es un interesante ejercicio). Creo que, desde este abordaje (cf. con lo que voy a decira lo último) las palabras sirven como un escudo, una manera de "protegerse" contra el otro, que vaya a saber qué va a leer en mí cuando estoy en silencio (entiendo que hay como una sensación de vulnerabilidad al estar compartiendo un silencio). [merece más análisis que lo que un comment permite, implicaría irse bastante de tema]
Por otro lado... creo que en general uno no tiene muchos temas en común con la persona con la que se cruza. Entonces suele agarrarse de los subjects más banales que tiene a mano (que suelen ser el clima o algún evento cercano: "terrible el frío que hizo ayer, dicen que hoy va a estar peor", "ojalá hoy no hagan paro los del subte, ayer fue imposible llegar al centro"). Pero bueno, se imaginan subiéndose al ascensor del registro civil camino a hacer un trámite y que esa señora de 76 con su pañoleta y su cartera de cuero ajada les diga "ay, nena, yo todos los días me debato entre dedicar mi tiempo a caminar, jugar al sudoku y hacer todo tipo de actividades que me ayuden a lidiar con mi envejecimiento e ir a visitar a mis nietos a los cuales no veo nunca porque desde que se separó mi hijo nunca los trae... vos qué pensás que tengo que hacer, nena?
Es como que no da... hablar de un tema muy trascendental es complejo. Uno no conoce a la otra persona, capaz le tirás un comentario tipo "bajón que haya pibes pidiendo en la calle" (pensando en que estaría bueno que la situación socioeconómica de la gente fuese siempre copada) y el chabón te conteste "sí, hay que matarlos a todos, la calle es un asco". Complicado. Entonces uno elige quedarse en un terreno seguro, en el cual haya poca controversia (en ese sentido, el ejemplo del subte no es taan bueno, pero vieron que en esos casos, uno suele elaborar respuestas de compromiso, no se mete mucho a analizar la problemática, elige salirse por la tangente -son re divertidas esas frases medianamente ambiguas que permiten no quedar como alguien descortés, no decir algo que vaya en contra de nuestra ideología pero sí que nos permita zafar pareciendo una respuesta pertinente a lo que nos plantean :P-). Y, de todas formas, no es que uno tenga mucho tiempo para desarrollar el tema que introduce, con lo cual, uno elige cosas que se puedan cortar al toque.
De todas formas, creo que es una buena manera para empezar a comunicarse con los demás. Es un buen puente hacia intercambios más profundos e interesantes. O sea, si yo le digo a la señora del 5º algo sobre el paro de subte y me dice "sí, a esos hay que encerrarlos sin pensarlo" entonces dejo de charlar con la señora del 5º. Ahora, si me tira un comentario re copado sobre la revolución y yo qué sé, capaz me dan ganas de seguir hablando con la susodicha y quizás la próxima no sea tan "de ascensor" la charla. Creo que comunicarse con los demás es algo importante, potencialmente poderoso, pero hay que saber hacerlo. Y en la medida en la que no estemos educados ni decidamos formarnos en la comunicación, las charlas con la gente van a quedarse, usualmente, en el step 1, que es el del clima y todos esos asuntos de poca importancia.
He dicho.

Ahora me voy a abrigar, porque hace un frío bárbaro, vieron qué terrible?

:P

Besos!