domingo

Casita nueva for @chicaslargas

bueno chicos, sabemos que nos quieren mucho,
pero el ciclo de chicas largas se ha cumplido

fue inicio, transcurso y final de muchas cosas.
pero las chicaslargas hemos avanzado y creemos que es momento de algo nuevo.



yastamos re grandotas y nuestro blog debe reflejarlo (?????)
mentira, seguimos siendo las mismas pendejas pero en un blog nuevo

pasen, los obligo a que pasen

HTTP://SECRETOSENREUNION.BLOGSPOT.COM

chau, siempre vamos a quererlos mucho, sigannos, no los vamos a defraudar.

XOXO,
chicaslargas.

martes

Obligaciones

La puerta está ahí. A pocos pasos.
Sabés que es sólo cuestión de levantar el pie (preferentemente el derecho) y apoyarlo unos centímetros adelante. Después levantar el pie restante y repetir la acción. Moverte, caminar.
Pero, como si tuvieras los pies pegados al piso, con un pegamento que se te mete por adentro, hasta arriba, hasta tu cabeza, se mete de a poquito, abre espacio sin que te des cuenta y empieza a asentarse, se pone cómodo, se busca una almohada, se queda ahí. Y ni hablemos de la posibilidad de que te deje opinar. No. No podés avanzar, y punto final. Te quedás ahí, dije.
Cuántas veces hiciste cosas, moviste el cuerpo sin pensarlo y no tardaste nada, ni un segundo pensaste en cómo hacerlo. Simplemente lo hiciste.
Ahora no.
La puerta sigue ahí. Incluso está abierta, es sólo cruzarla.
Y sabés, bien en el fondo, que en un tiempo, cuando todo esto ya haya pasado, vas a pensar lo fácil que resultaba resolver la situación, caminar esos pasos y seguir.
Pero lamentablemente, tenemos malas noticias: no estás en el final, estás acá y por una cuestión de tipo casi matemática, espacio-temporal, no podés unir el principio y el final, tenés que transitarlo.

lunes

Piano lleno de azúcar

Empieza a pensar que si en vez de la llave encuentra los fósforos, sería horrible que el mundo se hubiera desplazado de golpe, y a lo mejor si los fósforos estan donde la llave, puede suceder que encuentre la biiletera llena de fósforos, y la azucarera llena de dinero, y el piano lleno de azúcar, y la guía del télefono llena de música, y el ropero lleno de abonados, y la cama llena de trajes, y los floreros llenos de sábanas, y los tranvías llenos de rosas, y los campos llenos de tranvías.

Qué confusión.

viernes

Conclusiones largas #4

Una clase con tintes filosóficos puede poner en duda algunas cosas que parecían estar clarísimas, sí.


Profesor: Para qué querés el título? tomá. Acá te lo doy, acá tenés el papelito bendito. Y ahora que ya lo tenés, qué vas a hacer con eso?

Psicoanálisis

Se quedó mirándome como si yo tuviera algo más para decir; yo no quería decir nada más, no tenía nada más para decir. En realidad no quería decir nada desde que me había sentado ahí.
Por eso llegaste tarde, me dijo, y sí. Por eso. Porque decidí caminar más lento de lo normal y dejar pasar ese colectivo lleno de gente apretada, porque quizás sí, tenés razón, quería llegar tarde porque no quiero hablar. Quería acortar el tiempo. Darte y darme menos tiempo.
Él me dice poco y me mira mucho, no sé qué le habrá pasado, quizás algo con la mujer. Aunque ni siquiera se si está casado. Tiene unas marcas en la nariz como de antiparras y mientras los dos estamos en silencio, él en ese silencio como diciéndome "dale hablá" y yo en un silencio que no pienso ceder, me lo imagino nadando en la pileta de algún club o gimnasio.
Es que, no quiero hablar.

lunes

Conclusiones largas #3



Todo se acomoda de a poquito.

martes

Verborragia

"Siento que me estoy olvidando algo", dijiste mientras bajábamos esa escalera, blanca, pulcra. Cuántas veces me habré agarrado los dedos con esa puerta , pensé, cuando la abriste y me invitaste a pasar. Habíamos estado hablando casi dos horas de tu vida, de la mía, de mi boca y mi nariz. Vos estabas enojadísimo porque la arcilla roja no te dejaba dibujar los violonchelos de Man Ray en la espalda de la mujer, yo, porque todo me remitía a bocas, la tuya, la mía. Yo había llegado tarde, después de un viaje en subte acalorado, vos estabas enojado porque a tu sobrina le habían dejado un papelito bajo la puerta amenazándola. Yo tomaba café con leche, vos comías el leikaj de Diana.
Después esa bajada por la escalera blanca y pulcra, tu pregunta cordial para qué lado vas? y una no coincidencia de barrios. Depronto me encontré sola, caminando por la avenida sucia y pegajosa otra vez.

No hacen falta cartas documento

No hace falta escribirlo en ningún lado. No hacen falta señales de humo, pancartas decorando la ciudad, ni panfletos repartidos en una vereda cualquiera.
Esa voz que lo repite ya nos tiene hartos.

¿Y de qué sirve saber qué está bien y qué está mal? Si al final nos dejamos llevar por las emociones y los deseos y se va toda la racionalidad al carajo, ¿eh?

¿No podés explicarlo?
Juan tampoco puede. Y se lamenta. Sabe que comprar una tortuga no sirve de nada, ¡Es que le hace tanta falta una compañera!
Pasa todos los días por la vidriera de la veterinaria, cuando vuelve de trabajar, y la ve ahí, en su pecera. Está tentado. Ladren lo que ladren los demás.
Y mañana es el día: ya lavó la lechuga mantecosa que compró para recibirla.

Una pregunta: ¿Las tortugas comen lechuga morada o mantecosa?

lunes

Piedritas párpados

Decidió terminar con todo eso que lo martirizaba, que le taladraba el cerebro.
Afuera, el día no estaba mal y subir la persiana fue una primera buena decisión; porque había escuchado por ahí que la vida era eso, el tiempo de las decisiones; que siempre estamos decidiendo, descartando, tomando uno o otro camino para las cosas; cuántas cucharitas de azúcar querés en el café?. Se preguntó si sus decisiones habrían de cambiar la situación final, subir o no subir la persiana era casi como subir o no subir los párpados, mirar o no mirar, despertarse o seguir durmiendo toda la mañana. Pero llegó rápidamente a la conclusión. No. Subir la persiana, ese domingo con poco sol, con toda la gente en la calle, sacar la cabeza y respirar, eso no podía cambiar nada. Nada de lo que viniera después.
Se equivocó. Y ese tipo que ni siquiera sabe quién fue que le dijo que la vida era sólo un tiempo de decisiones, tenía mucha razón. Pero eso lo entendió después.

Una vez subida la persiana y café en mano, se sentó a leer de frente hacia la ventana y de espaldas a la puerta.
Encontró algo interesante ese libro que se había negado a leer durante mucho tiempo, cuando de repente escuchó un ruido seco y corto contra su ventana. Lo dejó pasar.
Cuando el ruido sonó dos veces más, miró por la ventana y vio en el edificio de enfrente un chico. No debía tener más de once años, pensó. Siguió leyendo y el ruidito volvió a sonar contra su vidrio. Entendió entonces, que el juego consistía en eso. No mirar al chico, que en ese momento juntaba unas piedritas y se las tiraba a la ventana para llamar su atención.
Primero trató de ignorarlo. Pero eso no generó nada en el rubiecito de enfrente que ya empezaba a irritarlo, incluso fue peor. Cuando volvió a mirar, con el segundo café en mano, vio junto al chico de las piedritas, dos más que reían con él y lo acompañaban en el juego. Cuando los miró fijo, se escondieron. Minutos después, su ventana sonaba como si granizara.
Para qué habré subido la persiana, se preguntó con irritación.
Buscó alguna otra excusa, el sol en los ojos, que no se cayera el gato por la ventana, que no entre humedad, frío o calor y bajó la persiana. Bajó los párpados, no miró y durmió toda la mañana.

domingo

Conclusiones largas #2

Hay un momento, inesperado y medio inexplicable, en el cual se te prende la lucecita. Así. De la nada. De repente. Te estás lavando los dientes o estás estirando el brazo para parar el colectivo que si no para, llegás tardísimo; estás esperando que no te hierva el agua o terminando de tragar para hablar y te das cuenta ahí, te agarra como cachetada de frío cuando salís del subte: todo ese tiempo que pasó, tiene un denominador común y todo ese tiempo fue eso, ese denominador. Se ocupó de opacar todo lo demás; te dejó sin temas de conversación y sin darte cuenta, hiciste todo en función de él.
Meses para aprobar, meses para terminar una etapa, meses para irte de viaje, meses teñidos de un color. Meses esperando algo, meses esperando que no se termine. Pero siempre meses y un subtítulo. Nunca meses sólo, nunca un tiempo sin ese denominador imposible de sacarse como chicle pegado al pelo.

Conclusiones largas #1

A veces siento que alguien tiene la respuesta, Y NO ME LA QUIERE CONTAR.


(Yeah, inaguramos sección)

El libro de mi vida

Ya se que todos esperamos.
Todo el tiempo esperamos.
Pero siento que yo soy Mrs. Espera. Si tuviera que escribir el libro de mi vida, se llamaría Siempre Esperando.

Sala de espera. Un cuadro horrible, flores amarillas de plástico, música funcional de sala de espera, y muchas revistas viejas (muy viejas). Me impacientan las salas de espera y me ponen muy ansiosa. Si, soy muy ansiosa. Prefiero quedarme afuera, salir a caminar o esperar(te) en el barcito de la esquina.
La sala de espera solo me recuerda que estoy esperando. Horrible: estoy pendiente de ver si algún vivo me saca el lugar, o cosas así de boludas. Y además hay un reloj enorme en la pared, que me recuerda hace cuántos minutos que estoy esperando y que laputamadrepodríaestarhaciendotantasotrascosasahora. Pero no puedo hacer otras cosas, porque ahora estoy esperando.
Se que cuando llegue lo que hoy espero, ya voy a estar esperando lo que sigue. Una cinta de Moebius sin fin, digamos.



A ver cuándo se les ocurre decir mi nombre, así puedo pasar... ¿Adónde?

Acá

Lucas lo siente. Se da cuenta. Lo siente acá, justo acá. No es que él sea tan perceptivo, es que la sensación está. Si tan solo te pudieras poner en sus zapatos...

Acá, acá justo acá. Hace fuercita, es como si alguien tocara un timbre todo el tiempo, o incluso como si alguien lo llamara a comer todo el día. Lucaaaaas, ya saqué la tarta del horno, a comeeeeer o Lucaaaaas, a comeeeeer, como en un loop sin fin.

No es que se tildó la imagen justo en ese momento: acá, acá es una presión que siente, justo acá.

miércoles

Mascotas y otros

Investigaciones aseguran que a la hora de comprar una mascota, muchas son las premisas del inconciente colectivo que aparecen en la conversación entre padres e hijos.
Una cena, un viaje en auto o una reunión familiar en cualquier living, son los espacios geográficos donde ambas partes de la familia exponen pros y contras de las posibles criaturas a domesticar.

Los peces no hacen ruido y necesitan poca atención.
Los gatos son inteligentes e independientes.
Los perros son el mejor amigo del hombre, hacen caso y son buena compañía.
La araña no ocupa lugar y espanta ladrones.
El conejo es suavecito, cuando te cansás lo hacés bufanda.
La tortuga sólo come lechuga, desaparece en invierno y no hace ningún ruido.
El pajarito canta, te despierta a la mañana.
La piedra pintada no come, no hace ruido, no hace nada.

El estudio realizado por Chicas Largas Censos & Co, indica que en el 80 % de los hogares que tienen mascota, se siguen las demandas de los hijos y que los padres, no simpatizan mucho con el animal en cuestión, cualquiera sea el elegido.
El 20 % de las familias restantes que tienen mascota, terminan haciendo de ella un animal disecado, una cartera, un par de zapatos o un cinturón y contándoles a los hijos menores la ya conocida historia de "No Fede, Corchi no murió, se fue al campo." " Ay mamá! qué linda cartera, es nueva?".

Atención: las premisas encontradas en nuestro estudio, tienen sus excepciones. Fuentes aseguran que los gatos por ejemplo, pueden salirse de su condición de independientes y volverse súmamente cariñosos, ronronear cual motor y no dejarte dormir. Así también, pueden decidir no hacer sus necesidades en su caja, y el amo, pisar descalzo la cuestión cuando al apagar la luz, no mira el piso.



domingo

Fotograma

En general el ahora de la situación es la verdad máxima. Che y cómo van las cosas? Nos obliga a pensar que lo que sucede hoy es el reflejo del todo.
Corrámosnos un poquito, nomás unos metros de ahí, tan sólo para vernos a nosotros mismos mirar. Resulta que si miramos bien, fijamos el ojo por un par de segundos en esta escena surrealista de nosotros mismos mirándonos mirar (y si nos quedamos bien quietos), parece una foto. Y lo más interesante de todo es que es una foto. Una- sóla-foto.

Mejor dicho, es la última foto de un fotograma que se viene ordenando en forma cronológica y que no hace otra cosa que retratar la historia que a veces, se filtra entre otros pensamientos y se va erosionando.
Pero no vayamos a pensar que se trata de un fotograma ya determinado. Según cada individuo dueño de tal línea de fotos, se puede tratar de cuadras y cuadras de fotos interminables ( y hasta algunas repetidas) o sólo un par de metros con muy pocas imágenes.
Puede también, estar llena de fotitos chiquitas con miles de detallitos que fueron insignificantes, ahora alguien los vuelve a mirar y se le llena la cabeza de imágenes que habían quedado opacadas por el ahora que impregna todo con su modernidad indiscutible.
Ésta es del día que fuimos a comprar los pasajes; ésta - ay! me había olvidado de esto, piensa.- es de cuando nos fuimos a la Costa; ésta es el día que vino a mi casa y no se fue hasta 4 días después; ésta es de cuando nos dimos cuenta qué parecidos que éramos; ésta es de ese día. Y así, fotos, fotos y fotos.

Ahora ese ahora no parece tan determinante como solía ser.
Se puede respirar cada tanto y pensar en ese fotograma. Darse cuenta que el ahora quizás ya no es ese ultimatum que borraba todo lo demás, es la última foto de un fotograma.

jueves

Exposición

Es terrible enterarse algo de alguien por la exposición de los medios.
Sabemos muchísimas cosas de casi infinitas personas y de repente, te cruzás con alguien y te das cuenta que tiene que ver con un famoso.
Sabés cosas del famoso en cuestión, que hasta por ahí no tenías conciencia que las sabías o por lo menos no las tenías presentes. Y hasta te enterás que otros saben mucho de ese famoso, que jamás podría haber salido como tema de conversación, pero por esta situación especial, es el centro de la mesa. Me pasás la sal? Pero él no es el que salió diciendo que..

Y ahora, cada vez que veas a esa persona, lo primero que se te va a venir a la cabeza son los datos que internet y sus facilidades, comprobaron. Hasta fotos viste. ES TERRIBLE. Quién es uno para andar con información que no tendría por qué saber.


A ver quién resiste cualquier tipo de investigación.



sábado

Dos de mayo

Es muy loco: para mi un día es re importante, y para otro no significa nada. Por ahí el otro ni registra... Claro, uno lee su fecha de cumpleaños y automáticamente lo relaciona en su cabeza.

Pero en realidad... chicos, es un día re normal, solo que recibimos llamados, mails y sms alegando felicidades. Es una excusa para ver quién te tiene en cuenta, o a quién considerabas amigo pero en realidad... mmmm think it twice.


Bueno hay que entenderlo: nuestro cumpleaños es un día más del calendario.
No hice mucho barullo, pasó sin pena ni gloria. Mi cumpleaños.

viernes

Descubrimiento

La Guía T de Bolsillo, además de ser como todos ya sabemos la guía de transportes y una manera abreviada y simpática de decirte 'guíate' y dejá de molestar a los otros peatones que caminan por la calle y no quieren ayudarte a llegar a destino, esconde otros truquitos.


Está básicamente, llena de dibujos de bolsillos por todos lados. Así, la mismísima tapa si se obsverva con detenimiento, es un bolsillo donde la guía está colocada.
Las líneas de colectivos están dentro de un dibujito formado por 5 líneas que se asemeja a un bolsillo también. Y ni hablemos de los espacios del lado izquierdo, donde están detalladas las líneas de colectivos que te llevan a cierto espacio del mapa, por ejemplo A 1.





Se ve el botón dorado del bolsillo, el pespunte y la guía asomando.

Agradecemos a 'el kolo' por la información prestada.

jueves

Historia colectiva

Hay veces que los días son eternos. El colectivo parece que nunca va a llegar y cuando por fin aparece en la esquina pegando la vuelta, ya ves a pocos metros que viene repleto de gente. Pero qué vas a hacer. Lo único que deseás en esa situación es alcanzar el viento fresco que te pega en la cara cuando bajás esos tres escaloncitos que te separan del piso. Pero bien sabés, para llegar a ese momento, a esa parada final que está a sólo metros de la puerta de tu casa, tenés que atravesar el viaje, que después de todo, no es tan largo.
El colectivero no sabe manejar, pensás. Cada frenada y arranque quisieras poder gritarle algo o buscar mirada cómplice de cansancio con algún pasajero, pero no hay nadie con quien hablar.
La gente sube y baja y vos seguís parado ahí, deseando tener batería en el celular para mandarle un mensaje a alguien. No sabés ni a quién.
De repente, dos chicas suben. Una de ellas paga el boleto de ambas y se ponen cerca tuyo a hablar y a vos, que estás parado ahí, con ese dolor en el cuerpo y la necesidad de llegar, te resulta inevitable hacer silencio en tus pensamientos y escucharlas hablar.

Bueno nada te decía, yo me lo apreté en primer año por primera vez. Habíamos ido a bailar y el estaba ahí. Pero él salía con una minita de mi curso y yo recién entraba al colegio y no quería armar quilombos, viste, ya de primera todas las chicas me iban a odiar!. El vino, medio haciéndose el borracho y me dijo que quería darme un beso - La chica número dos la mira asombrada- Pero yo le dije que no, que él estaba saliendo con Violeta y que yo no quería. Él me dijo que yo era la que le gustaba en realidad, que no quería estar más con Violeta. Y bueno, después de eso siguió buscándome toda la noche hasta que me lo llevé al baño - Risas- . Esa semana empezamos a vernos todos los días; yo no quería que Violeta o sus amigas nos vieran entonces me pasaba a buscar por el colegio y nos íbamos caminando hasta mi casa.
Todo esto fue así, hasta que un día me puse de novia. Ese mismo día me enteré que Maxi se iba del colegio y no lo vi más.

En quinto año, me lo crucé todo así bien vestido. Y nos reíamos cuando nos acordábamos de 4 años atrás, dándonos besos a escondidas; él con el pelo largo y la remera de los Rolling Stones y yo con esos aparatos.

Ese viaje que te resultaba imposible de transitar y larguísimo, de un momento a otro terminó. Te diste cuenta que ésta era tu parada y corriste a tocar el timbre para bajarte.
El viento en la cara que desabas llegó, pero vos hubieras preferido quedarte a escuchar el final de la historia.

Problemas existenciales los míos eh...

AVISO: este post es muy *minita*.

Es un momento complicado del año.
La gente, en esta época se divide en tres tipos de personas: por un lado, están los que quieren alargar el verano, y aún haciendo 15ºC afuera, salen en ojotas y mangas cortas.
Por la vereda de enfrente, van los que ansiaron tanto pero tanto el invierno, que quieren abrigarse a toda costa (y ya desempolvaron la bufandita, el tapado y las botas).
Pero sino, están los indefinidos. No se deciden qué estación eligen, y se ponen lo que pinta.

Hoy en día, salís a la calle y te encontrás con una minita en shortcito (pero con bufanda de lana). Al lado, pasa una vieja con un tapado de piel y botas. Pero claro, atrás viene el pibe con Havaianas y el short de Boca Juniors.

¿Qué onda?

Yo, por mi parte, soy medio indefinida, pero coherentemente. Ayer salí con sandalias y me morí de frío; hoy salí con tapado y bufanda y me morí de calor.
Convengamos, además, que es raro cruzarse a alguien en musculosa si vos estás con semejante atuendo invernal.

Anyway, yo odio el frío. Ya empezó el dolor de garganta, y ya vendrá el resfrío y la tos, como todos los años...

domingo

Hard to explain




¿Viste esos días en que te levantás bien?
Hoy me pasó.
No se por qué.

Es como si fuera un optimismo extraño, aunque basado en la nada. No se cómo explicarte.
Como si mi sexto sentido me quisiera decir algo que se viene, pero de lo que yo (aún) no me percaté.
Por ahí sea una mirada positiva y nada más; por ahí venga algo bueno en serio. Por ahí todo quede igual.

These days son todo dudas, no?

jueves

Doble conversación

Eso que está en el piso, es un koala. No puede ser otra cosa. No hay posibilidad de que sea otra cosa. Las cenizas que lo forman, ahí están, puestas, dibujando un koala. Ahí están los ojos, la boca, la nariz, lo ves?, está ahí clarito.

Si lo que vemos, lo vemos así y no hay vuelta atrás, qué estará viendo el que está mirando al lado tuyo?. Pero ninguno de los dos, le pregunta al otro qué ve, porque es para cada uno exactamente eso que sus ojos toman y elaboran ahí más arriba en la cabeza.
Te digo que es un koala; mirá.
O un oso panda, también puede ser. Ah, sí. También. Igual no, miralo bien es un koala.
Un viento sopla en la terraza y se lleva las cenizas. Chau koala.

martes


Es una etapa.
Son rachas.
Ya va a pasar.
En un tiempo, va a ser todo distinto.
Ni te preocupes.
Es normal.



Bueno, la transición me tiene un poco harta, eh.
Onda, ya se que todo eso se cumple... Estos días estoy como en el aire.
De a ratos me gusta, igual.

miércoles

De película

Son esas cosas que sólo le pasan a personajes de ficción. Vos estás a pocos metros de esos personajes actuando en tu televisor y mirás la película deseando que algún día te pase algo así, algo distinto, nuevo, que te descoloque.
Cada tanto y en una ciudad tan grande, llega a vos por alguien (nunca sabrás cómo ni quién empezó a correr el rumor) que algo así le pasó a un amigo de un amigo de un amigo.

Hasta que te pasa a vos.

Estás tomando mate en cierta plaza, con ciertos amigos y ciertas galletitas. Los temas de conversación son los de siempre, porque son los amigos de siempre. La gente en la plaza es también como la de siempre. Hay un grupo que hace malabarismo, otro que juega al fútbol, hay unas chicas riéndose a los gritos y un grupo de chicos que me parece que quieren acercarse a ellas. Hay una señora que pasea al perro, un grupo de hombres corriendo y nenitos con sus bicicletas dando vueltas. Todo es normal y está bien que sea así.
Es un martes en el que te levantaste pensando en eso que no tenés que hacer y lo que debés hacer al día siguiente y no querés.
De repente, a pocos metros de vos, aparece alguien que se parece mucho a otro alguien que no pertenece a tu vida de siempre.
El tema de conversación cambia de rumbo en la ronda del mate cuando hacés notar el parecido del sujeto a cierto actor.
Alguien dice Pero mirá si va a ser un actor, ahora toda la gente se produce, Buenos Aires es un casting!.
La conversación continúa al rededor del parecido del sujeto y las posibles estrategias para chequear su procedencia (extranjera o local).
Finalmente, alguien toma la iniciativa y busca la manera de acercarse.
Minutos después, el grupo de siempre habla en inglés con 4 norteamericanos. Uno de los cuales, es (efectivamente) el actor de Sexto Sentido, el niñito que dice ' I see dead people'; el personaje siniestro del niño-robot de Inteligencia Artificial; el hijo de la alcohólica en Cadena de Favores.
Y de pronto te sentís adentro de ese televisor que estabas mirando desde tu casa, porque esas cosas que le pasan a un amigo de un amigo de un amigo, puede ser, que te pasen a vos.

sábado

Reflexiones semánticas

Me había olvidado por completo aquella 'reflexión' que tuvimos.
La cara del paquistaní que trató de decirnos en señas que él no hablaba ni español ni inglés y que no podía ayudarnos, apareció de repente, guardada no sé dónde.
Pasó hace mucho y no tanto; estábamos ahí las tres, riéndonos y yo te pedí una hoja para escribir eso, para no olvidarlo, para que no se borre.
De un momento a otro, algo que dijo alguna, lo trajo a la mente de otra.

El sí con el nunca, puede ser positivo o doblemente positivo, es decir, negativo.
Vamos a la ejemplificación.

"¿Nunca dormirías parado?"

a) Sí. Nunca dormiría parado (negativo)

b) Sí. Dormiría. (positivo)

Un rato después, mientras las chicas recordaban la situación y discutían sobre las variantes semánticas de la oración, entre el ruido del colectivo, la morocha hablando de ropa a los gritos y las frenadas, me di cuenta que es imposible acordarse de eso, sin volver a caer en la discusión sobre la negatividad doble del Nunca y el Siempre.

domingo

Guiones

A veces parece que cuando hablan son el guión de una obra de teatro under.
Los temas de conversación siempre son variados, pero cada uno tiene su papel bien definido.
Hay alguien que es el cínico y que no para de decir cosas que ponen incómodo a otro que está tratando de sobreponerse a las diferencias ideológicas; el alto de camisa blanca mete bocado cuando puede pero le cuestan las relaciones sociales; ella no puede evitar interrumpir con comentarios que no llevan a nada y está él, que la mira mal y que le hace un gesto al de camisa blanca que pone más incómodo al pobre que quiere remontar la charla.
Siempre terminan donde empezaron. Pero el tema del principio, alguien lo trae siempre al final porque ella se quedó pensando en lo primero que dijo el de camisa blanca y no se aguantó interrumpir al incómodo para preguntarle algún detalle. Ahí es donde la charla se vuelve guión de obra de teatro. Donde ellos son personajes en escena actuando que no actúan.

miércoles

Good rain

Hoy es uno de esos días en que no me molestó caminar abajo de la lluvia y quedar empapada de pies a cabeza.
Hoy es uno de esos días en que un taxi me salpicó toda, y no se me movió un pelo.
Escuchando musiquita, con una capucha importante y cuidando que la cartera no se empape (el pelo que se arruine, a blanqui no la voy a dejar a la intemperie!) (blanqui, A.K.A. mi compu).

martes

Paisaje lunar

Indignada por los papeles y trámites necesarios para anotarme, entré a la Facultad.
Hacía calor, no había ni una gota de brisa y lo único que quería era un vaso de agua fría y sombra. Eso, sombra. Un poco de silencio entre todo ese griterío de gente, calor y humedad.
Caminé por el pasillo que había recorrido en diciembre, cuando me anoté. Ahora tenía que hacer ése innecesario trámite: confirmar la elección, los horarios y sede.
Me presenté en la ventanilla con la necesidad de hacerlo rápido.

El papel que me entregó el hombre detrás de la ventanilla decía algo como:

Nombre: CAROLINA Apellido: G..
Turno: MAÑANA / TARDE Carrera: PAISAJISMO


- No, pero, yo no me anoté en esta carrera.
- Cómo que no?
- Acá dice Paisajismo.. yo me anoté en Artes.

El hombre , buscó entre sus papeles.
Con una sonrisa irónica me dijo Bueno pero vos acá pusiste el código 83, que corresponde a Paisajismo.

- Ah, sí? Decime que lo puedo cambiar!


Conclusión: el trámite no es innecesario, todo lo contrario, completamente necesario.
Pregunta uno: ¿ Por qué escribi el número 83, en vez del 25?
Pregunta dos: ¿ Es una señal?
Pregunta tres: Ocho más tres, suma 11. Uno más uno, suman dos (el primer dígito de '25'). Ocho menos tres, da 5 (el segundo dígito de '25'). No. No inventemos magia sobre el asunto.

domingo

Primer día

Dale, relajá: estamos todos en la misma.
Mirales las caritas a todos, pobrecitos. Pareciera que vaya a pasar algo terrible.
Hay algunos que se hacen los langas y tienen cara de poker. Comosinopasaranada.
Pfffff! Esos están más asustados que vos. Estoy segura.

De última imaginate a todos sin ropa, dicen que eso saca los nervios. NO! No seas malpensado, en serio te digo. Lo vi en una película creo. No tengo mente sucia, ese serás vos.

jueves

Confusión

No sabés qué hacer. Dónde poner eso que te pasa, dónde tirarlo. Qué hacer para sacártelo de encima, porque lo tenés pegado como un chicle al pantalón.
Tampoco sabés qué querés decir porque ni siquiera tenés claro qué pensás. Pero son tantas las cosas que tenés ahí adentro, enrolladas; miles de nuditos que no llegan a ningún lado.
Cada tema es un color y tu cabeza, que hoy a la mañana parecía haberse levantado descansada, ahora es una mezcla interminable de preguntas y certezas azules, rojas, verdes, rosas, amarillas, otras negrísimas que van y vienen de acá para allá, corriendo de un lado para el otro. Pará. Detenete un segundo.
Hay tantas personas hablando al mismo tiempo que ya no escuchás nada.
Alguien te pregunta si te gustan los perros, si vivirías en ese lugar. Vos no entendés qué hacés ahí hablando con ese pelado, que te pregunta eso y te preguntás al mismo tiempo qué le importa a él eso ahora. Hay un momento de silencio, después hay risa.
Todo mezclado.

Chill out.

lunes

Arte conceptual

Primero hundís las manos en ¿cómo se llama? eso que no es acrílico, ah! óleos.
Ah, no, primero elegí un color, fuerte. Ya está. El rojo.
Metés las manos en un balde rectangular lleno de óleo rojo, espeso. Sentís cómo se te mete entre los dedos, hace crunchi crunchi y vos, movés las manos ahí adentro.

Sacás las manos del balde y las apoyás lentamente. Tipeás tu nombre, despacito, apenás tocás las teclas.
Después te movés cada vez con más fuerza por arriba de la pantalla. Escribís alguna puteada por ahi del estilo 'eh puto'. Cerrás la computadora y bajás su tapa. Pintás la manzanita de rojo.
La volvés a abrir, con una nueva carga de pintura en las manos. Hacés una mancha espesa. Cerrás la tapa y cuando la abrís, el dibujo está duplicado.

domingo

Fotografía

No poses. No me gusta cuando posás.
Ya sé.
Pensá en algo gracioso, en cuando sonaba el celular sin parar.
No. Siempre en el último segundo posás. Ponés esa cara. No pongas cara de nada.
Volvés a hacer lo mismo. Posás y no te das cuenta. Dale, relajate. Cerrá los ojos y no pienses en eso. Pensá en tu boca, en el viento y en la lluvia. No tenés frío.

Pero se quedó sin batería la cámara y no pudimos sacar más fotos.

lunes

Going up, up, up

Todos me vieron. Estaba allá arriba, bien lejos. Estaba en la mía, tranquila y despejada.
Pero me pincharon el globo, me bajaron de un hondazo, me hicieron caer adonde estaba antes.

¿No me dejás subir un ratito más? Creo que me olvidé algo allá, lejos.

domingo

De idiomas y otros

Y cómo no disfrutar de estar tan lejos y hablar otro idioma y así, poder conversar en voz alta de esos temas que, bueno, uno no dice así como así en cualquier lugar. Porque tu mamá te enseñó que esas cosas no se dicen en la mesa y menos que menos cuando alguien te puede escuchar.

Cuándo una chica está buena y cuándo es linda:
ese era el tema de conversación en la mesa donde la Coca Cola Light sin límite era la protagonista y los ejemplos específicos sobre personas y sus detalles, abundaban.

- Che chicas, ese pibe nos está mirando. Entenderá lo que decimos?
- Ay, si alguien nos está entendiendo, quisiera aclarar parte de lo que dijimos...

Desde la mesa contigua, un sujeto:
-Qué quieres aclarar?

La rubia (tarada)

En el hostel, las chicas hablaban del tamaño de sus mochilas.

No, que tu mochila es más grande, no que la mía; que te digo que la de ellos es más grande; pero si vinieron con valija; si ni la viste qué decís; que te digo que la de ellos es más grande porque trajeron miles de cosas; pero si la mía pesa muchísimo y no la puedo ni levantar...

Una de ellas, decidió terminar con la discusión.

- A ver chicos, muestrénme el tamaño de sus bultos.

Silencio.

-Bueno, bulto, mochila, valija, equipaje..
- Sí. Mejor aclará.

lunes


Volvimos, ¿Volviste?