Mostrando entradas con la etiqueta EN EL COLECTIVO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta EN EL COLECTIVO. Mostrar todas las entradas

jueves

Historia colectiva

Hay veces que los días son eternos. El colectivo parece que nunca va a llegar y cuando por fin aparece en la esquina pegando la vuelta, ya ves a pocos metros que viene repleto de gente. Pero qué vas a hacer. Lo único que deseás en esa situación es alcanzar el viento fresco que te pega en la cara cuando bajás esos tres escaloncitos que te separan del piso. Pero bien sabés, para llegar a ese momento, a esa parada final que está a sólo metros de la puerta de tu casa, tenés que atravesar el viaje, que después de todo, no es tan largo.
El colectivero no sabe manejar, pensás. Cada frenada y arranque quisieras poder gritarle algo o buscar mirada cómplice de cansancio con algún pasajero, pero no hay nadie con quien hablar.
La gente sube y baja y vos seguís parado ahí, deseando tener batería en el celular para mandarle un mensaje a alguien. No sabés ni a quién.
De repente, dos chicas suben. Una de ellas paga el boleto de ambas y se ponen cerca tuyo a hablar y a vos, que estás parado ahí, con ese dolor en el cuerpo y la necesidad de llegar, te resulta inevitable hacer silencio en tus pensamientos y escucharlas hablar.

Bueno nada te decía, yo me lo apreté en primer año por primera vez. Habíamos ido a bailar y el estaba ahí. Pero él salía con una minita de mi curso y yo recién entraba al colegio y no quería armar quilombos, viste, ya de primera todas las chicas me iban a odiar!. El vino, medio haciéndose el borracho y me dijo que quería darme un beso - La chica número dos la mira asombrada- Pero yo le dije que no, que él estaba saliendo con Violeta y que yo no quería. Él me dijo que yo era la que le gustaba en realidad, que no quería estar más con Violeta. Y bueno, después de eso siguió buscándome toda la noche hasta que me lo llevé al baño - Risas- . Esa semana empezamos a vernos todos los días; yo no quería que Violeta o sus amigas nos vieran entonces me pasaba a buscar por el colegio y nos íbamos caminando hasta mi casa.
Todo esto fue así, hasta que un día me puse de novia. Ese mismo día me enteré que Maxi se iba del colegio y no lo vi más.

En quinto año, me lo crucé todo así bien vestido. Y nos reíamos cuando nos acordábamos de 4 años atrás, dándonos besos a escondidas; él con el pelo largo y la remera de los Rolling Stones y yo con esos aparatos.

Ese viaje que te resultaba imposible de transitar y larguísimo, de un momento a otro terminó. Te diste cuenta que ésta era tu parada y corriste a tocar el timbre para bajarte.
El viento en la cara que desabas llegó, pero vos hubieras preferido quedarte a escuchar el final de la historia.

viernes

Ciento cincuenta y dos

A veces uno se mete donde no debería y termina:

- diciendo cosas que no quería decir
- comprando 8 lijas
- pidiendo perdón
- equivocándose
- errado
- haciendo de algo chiquito, algo muy grande
- hablando de más
- buscando temas para salvar la conversación
- pensando todo otra vez
- arrepintiéndose

lunes

Picture


Terrible sería que un desconocido te saque una foto, caminando por la plaza de Chacarita..

jueves

Caras conocidas

Che, ¿Te diste cuenta que Ezequiel no para de mirarnos? No puedo entender como no disimula AUNQUE SEA un poco. Se gira 180º como si pudiéramos no darnos cuenta. Nos mira y se ríe. Pará! Y ahora hace miradas cómplices con Mark, ¿Qué onda?
Este colectivo está lleno de gente rara, Ramona ya se está por bajar. Me parece que el tono de voz de Sol (¿O se llamaba Solange?) no le gustó y prefiere caminar las cuadras que le faltan hasta llegar al turno del traumátologo. León, en cambio, prefiere mirar por la ventana y abstraerse de todo, eso deberíamos hacer todos.
¡Hola Matías! Hola, pero ¿QUÉ tal? Nos está mirando. Y ahora se une a las miradas cómplices de Ezequiel y Mark. Espero que Pablo, el del ambo, no se una también, ahí ya sería el colmo.
Me pregunto: ¿Por qué será que Ezequiel se hace el caballero? Si de caballero no tiene nada, es todo un personaje. Claro, ¿Quiere caerle bien a todo el colectivo, acaso?

martes

Vos sos la cabeza y yo las manos

Seguramente hayan notado como en el día a día, presenciamos conversaciones que no tienen ningún tipo de razón de ser: el ascensor, la depiladora, el peluquero, el portero del edificio... Son solo algunos ejemplos de los miles que existen.
Yo me pregunto: ¿Para qué seguimos dándoles pie? Si todos sabemos, pero nadie se anima a decir que son las conversaciones mas inútiles do mondo.

viernes

Consejo

Qué terrible cuando las cosas que le diría a alguien en mi lugar, no me sirven.

lunes

Atención

Hay muchas cosas terribles que pueden pasarnos y nosotros ni enterados. Sólo llegamos a saberlo cuando nos miramos en el espejo del ascensor o si algún alma caritativa se compadece de nosotros y nos lo hace notar.
Señor lector: no vaya a ser una de esas personas que camina por la calle en uno de esos días que cree bueno cuando en realidad...

Tiene un verde en el diente
Se cree un topmodel y tiene el aspecto de haber jugado un fulbito con lo' pibe'
Lleva bajo el brazo el calor de la jornada
Arrastra un pedazo de papel higiénico pegado a la zapatilla

miércoles

Baday

En la parada de colectivo lo veo aproximarse y cuando el pibe que está delante mío.. Sí Mirtha, te digo que estaba adelante mío.. bueno dejame explicarte, el pibe se corre como para dejarme pasar en un acto de amabilidad-caballerosidad, yo agarro la manija para subirme , estoy por subirme, ni siquiera llego a poner un pie en el escalón.. No ! todavía no había arrancado cuando yo puse el pie, dejame terminar y vas a ver. El colectivo arranca y yo, yo estoy abajo, mirándolo, el chico me mira y ahí entiendo que el no había pensado en subir, que simplemente se quedó abajo esperando otro colectivo, pero todo lo que yo pensé pasó muy lento en relación al tiempo, Como lo que dijo el otro día Carlos! Como el doble juego tiempo espacio. Sí, qué se yo Mirtha, no me vengas con esas cosas que dice Carlos, no las entiendo, ni me interesan. Lo que te quiero decir, si me dejás terminar de una vez, es que el colectivero arrancó y yo me quedé abajo!.

¿ Ay Graciela, te das cuenta todo lo que tardaste en decirme que no pudiste subir al colectivo y por eso llegaste tarde a la clase de burako?
Pero si no me dejás ni hablar Mirtha! palabra que digo, palabra que interrumpís

jueves

Hay gente loca dando vueltas

"¿Cómo que no la llamé? Obvio que la llamé, la llamé hoy a la mañana. ¿Ella te dijo que yo no la llamé? Claro, si la llamás vas a ver que yo si la llamé... Sisi, hoy a la mañana la llamé. Y le dije, le dije todo lo que hablamos ayer. Pero ella no me dijo nada. No respondió, se hizo la boluda... Si, claro que le dije las cosas bien... O sea, ¿Qué se piensa? ¿Qué puede hacer lo que quiera? ... Las cosas no son así, en serio te digo. ¿Me querés decir por qué lo tiró a la basura? La verdad que no entiendo quién le dijo que podía tirarlo. Yo nunca le dije que podía. Además, se podía reciclar perfectamente: vos te lo podrías haber comido como un budín y hubieras estado chocho (¡!). No te digo como torta porque por ahí era demasiado. Pero no hacía falta tirarlo! ... Ella siempre me dice a mí que no cuido las cosas, que tiro todo a la basura, MENTIRA! Mirala a ella, para qué lo tiró? Y yo le dije todo hoy... pero no sé, fue como si nada. Es que también, pensá que se lo dije por teléfono. Pero vos ahora estás en casa no? Y ella está en la cocina... andá y decile. Dale, andá, por favor. Vas, y le decís de mi parte. Quiero ver que responde. ¿Qué te cuesta? Estás tomando un té? Bueno, terminá el té y andá. Dale. ¿Cómo que te parece un planteo exagerado? Si me estás diciendo exagerada entonces chau. Si, chau..."

No podía contener la risa.

martes

Ser o no ser porteño

Se despertó con los aplausos y la cara aplastada sobre sus brazos, apoyada en el escritorio. El día había sido largo, cansador y llegadas las ocho de la noche, la conversación sobre la literatura hispanoamericana no logró mantenerla en vigilia. Después de algunos minutos de refregarse los ojos decidió entregarse sin vueltas, sin pensarlo dos veces y cuando Susana la llamó tocándole el hombro, ella no contestó, fingió estar dormida. Segundos después dejó de fingir: dormía plácidamente.
Los aplausos la sobresaltaron. De repente se encontró abrumada por el ruido estridente de las manos chocándose y se levantó de golpe. Nadie la miró, ni el profesor se percató de que había estado durmiendo toda la hora de clase.
Más tarde en el colectivo, con una sensación placentera, se concentró en la charla que tenían un hombre y una mujer detrás de ella. No quiso girar la cabeza y mirarlos (no le gustaba llamar la atención), se dedicó simplemente a escuchar sus voces e imaginar las posibles caras dueñas de las mismas.
No tardó mucho en darse cuenta que no hablaban español y después de ajustar el oído pensó "portugés". Entonces sus pensamientos vagaron hacia otros lados, porque no entendía una palabra de lo que el hombre y la mujer discutían. Cuando se bajaron del colectivo, la muchacha que estaba sentada al lado de ella la miró cómplicemente y le dijo " Y no. Porteños no son".

jueves

37

Ha estado esperando el colectivo por unos interminables 20 minutos, tan distintos a los 20 minutos de besos apurados que se le pasan volando siempre. Por fin, lejos en la avenida, divisa el número 37, mete la mano en el bolsillo del pantalón, toma las monedas y levanta el brazo izquierdo dos cuadras antes de que el colectivo llegue por temor a que no le pare.

Una vez arriba, no puede evitar mirar a los otros pasajeros y la elección del asiento es nula, porque hay uno sólo vacío y ni siquiera junto a la ventana.

Se sienta. A su lado, un hombre vestido de colores oscuros y mirada perdida ni se percata de su presencia y ella, no puede evitar rondarlo con los ojos, hasta que se detiene en sus manos que sostienen un libro, la biblia.

Ella nunca creyó en nada, así que la lectura de su compañero no le llama demasiado la atención. Sus ojos siguen moviéndose dentro del colectivo y llegan a los de un chico que rápidamente esquiva su mirada. Algo encorvado hacia delante, ahora con los ojos clavados en sus textos y ella, muriéndose por saber qué lee. Rayuela sabría más tarde cuando al cerrarlo, el muchacho dejara al descubierto su título.

martes

Sólo dos pensamientos

Charlaba animadamente con su compañera de asiento. El viaje parecía ser de esos bien largos y gracias a la distracción, el tiempo pasaba más rápido.
En algún momento, se distrajo y miró hacia el asiento de enfrente... era él! Al lado suyo estaba su inseparable amigo. Ellos también conversaban y se reían mucho. No sabía como hacer para que la vean porque estaba del lado de la ventana, pero no quería dejar pasar la oportunidad de hablarle.
No se bien cómo, pero las vieron. Se acercaron y saludaron. Ella no pudo darle un beso porque la distancia entre el pasillo y el asiento era demasiado grande. Se quedaron los dos parados en el pasillo, dando inicio a una conversación casual.
Mientras los demás hablaban ella lo miraba y sólo podía pensar en qué lindo que estaba y cuántas ganas tenía de invitarlo a su cumpleaños. ¿Quién sabe? Tal vez esa fuera la oportunidad perfecta para mover alguna ficha...
La conversación seguía y dentro de su cabeza sólo estaban estos dos pensamientos. Se dio cuenta que debía descolgarse de la palmera y hablar... Por algún motivo su amiga se levantó y se fue, lo mismo hizo el amigo de él. Se quedaron ellos dos hablando hasta que apareció un niño entre ellos. Era cómo él en miniatura, igualito, idéntico, la misma cara pero en el cuerpo de un niño. Era su hermanito, Ariel.

lunes

Amor

Y ellas dos besándose, dejan pasar todo lo que las rodeaba. La gente las miraba, fijo las miraba, sin disimular, todos los ojos sobre sus dos cabezas. De repente, un abrazo que las une, 4 brazos que son dos y ellas se olvidan, se besan y se olvidan de todos los que las están mirando. Un colectivo se detiene justo a su lado y la gente que está adentro las mira, comentan y vuelven a mirar, alguno que cree gracioso las señala y hace algún chiste sobre lo que todos ven. El colectivo arranca y ellas siguen, juntas, conectadas entre ellas y desconectadas de todo lo demás. En algún momento una ve que la estoy mirando, hasta quizás escucha todo esto que estoy pensando, pero no le importa, besa en la mejilla a su compañera y la toma de la mano.
Más tarde, el calor rompe el asfalto la ciudad. Ellas están lejos, hace rato que las perdí, pero estoy segura que siguen juntas, caminando con en ese sol sobre la frente y las miradas juntas.

martes

Colectivo Ómnibus

En el momento en que se subió al colectivo y lo vio, sabía que lo conocía. Pidió boleto hasta Plaza Italia y buscó con los ojos donde sentarse, pero la idea de hablar con él no la dejó ir junto a la ventana así que caminó tres pasos hasta sentarse a su lado. Él estaba un poco erguido con las manos juntas sobre las piernas. Lo miró lo más disimuladamente que pudo, sabía igual que era muy mala para mentir, así que se relajó y se dedicó a observarlo detalle por detalle sin importarle si se daba cuenta de su inspección porque total, ella sabía muy bien que lo conocía y estaba muy segura que él la conocía a ella.
Las calles pasaron y el colectivo se fue vaciando. Cuando él dio a entender con sus movimientos corporales (algo tontos ella pensó) que se iba a levantar, ella se paró para dejarlo pasar. Él agradeció el gesto como si nada, tocó el timbre y cuando las puertas se abrieron haciendo un ruido muy molesto contra la pared del colectivo, se bajó. Ella no tuvo tiempo de decirle nada, que espere, que no se vaya, que quisiera que la invite un café y hablar de por qué su cara le resultaba tan conocida, que espere señor!, no se vaya todavía!, no entiendo, hablemos, conversemos, espere!. Pero no. Para el momento en que ella terminó de pensar todo lo que hubiese querido decir, el colectivo ya había arrancado y él, caminaba cuadras atrás.

domingo

Asco

Habíamos caminado largo rato por el barrio. Me pareció entonces, una idea graciosa, gritarles desde el colectivo y saludarlas después de la tarde compartida. El problema fue que un instante después, les saqué la lengua y sin darme cuenta, toqué la ventana.
SI, toqué la ventana.

PUAJ