Saludo cordial

Qué triste que no podamos hablar, que me mires así, con gracia.
Llegué lo más rápido que pude, hasta apuré el paso las últimas cuadras. Igual no, no hay caso. Te hablo dulce, calmada, hago pausas para no trabarme. Es lo mismo. No hay posibilidad de diálogo. No somos iguales y eso, eso te encanta. Sabés que no puedo quejarme, sabés que tenés la última palabra porque sos autoridad. Cuelgo de un hilito que pendula y fantaseás con cortarlo y verme caer hacia el abismo.
Estoy acá hace una hora ya, tratando de que entiendas con pocas palabras y buscando las que corresponden decir. Nada, silencio de radio.
Sé que esto en breve, no tendrá importancia, es más, ahora no la tiene.
Aún así, qusiera encontrarte en unos años y decirte, cuando no seas más autoridad, andate a la concha de tu hermana pelotuda, estudié muchísimo para tu materia durante todo el año y este 4, debería ser un 7.