martes

Clara

"Cómo podés hacerme esto, Martín?" exclamó, antes de romper en llanto. Azotó la puerta del minúsculo departamento y se fue, sin que haya tiempo para ninguna explicación. Por ser un domingo de invierno, no había casi nadie en las calles. Pero era mejor así, podía pensar tranquila, sin que nadie la moleste.

La joven caminó sin rumbo por un buen rato. El viento helado no le molestaba. Era incluso agradable sentir el frío en la cara y dejar la mente en blanco, mientras sus pies se ocupaban de llevarla a ningún lado.

Recorrió infinitas cuadras, hasta que se hizo de noche, e inevitablemente la invadió la tristeza. Es en el momento en que se va el sol, que todos sentimos que nos está faltando esa mitad.

Todo el enojo que la había llenado antes se pasó, y tuvo ganas de volver, de darle un abrazo y de olvidarse de todo. Pero las cosas no podían volver a ser como antes, eso lo sabía muy bien. No podía volver todo a la normalidad, pero si hubiera sido posible, sin dudas hubiera borrado ese día del calendario.

5 personas ya largaron:

Anónimo dijo...

Bendito viento helado

Aprendiz de borrachín dijo...

Volver, con la frente marchita las nieves del tiempo platearon mi sien..

Discontinua dijo...

Aca toy! :P
"que todos sentimos que nos está faltando esa mitad".
esa parte mucho no me cierra, para mi vamos enteritos por la vida.
besos!

La otra parte de mí dijo...

Cómo pudo hacérselo?pero se lo hizo y si se fue y si se pudo ir mejor así,primero el frío ,después todo pasará,lo importante sería que su frente no llegara a marchitarse.

Anónimo dijo...

Hace unos años pegué tres gritos afeminados y cerré la discución con un portazo.
A pesar del frío, el alivio dejó atrás viejas tensiones y ángeles caídos me abrigaron con caluroso pacto.