martes

Teeth

Y cuando me miró con esa cara hasta el piso, los ojos penetrantes sobre mi, una mirada fría y llena de tensión y un diente menos en su boca, sentí ganas de gritar, de decirle que todo lo que me estaba contando, no me interesaba. Pero no pude. La diplomacia fue más fuerte que yo y sin darme cuenta, ahí estaba, escuchando sus malas pasadas por el colectivo y el choque que le arrancó el diente.

1 personas ya largaron:

MAÍTA dijo...

no daaaaa no da que te sea tan depresivo.