Cat

Sí Dora, te escuché Dora, no me lo repitas. Sí ya sé. Ya sé que me pediste que cuide a tu gato, sí te escuché, que querías que le de de comer cuando vos no estuvieras en la capital, que no la deje sola por más de dos días, que le juege; sí te estoy escuchando, no, no pongo ninguna cara, dale seguí, sí, sí. Bueno Dora pero vos sabés cómo es esto, un día que desaparece y al otro día aparece durmiendo en un placard. Cómo se supone que me ocupe de que no deje sus cosas por ahí? Sí Dora, te escucho, no me grites que tengo la oreja roja de la presión, Dora, escuchame vos a mi. Hice todo lo que pude. Sí. Sí, limpié su caja, sí, le di de comer y hasta le tiré ese ratoncito de plástico inmundo que le regalaste. Sí Dora, no me lo preguntes más, cómo no le voy a dar de comer al gato? Ajá. Bueno, está bien. Pero yo no le pienso cortar las uñas Dora, sabés que eso a mi me impresiona.

Chau Dorita, nos vemos mañana. Sí Dora, le voy a dar de comer al gato, te lo prometo.