En un momento, solté la rienda (como cuando abandoné la remera llena de bichos en Mar Azul) y le dije "ya fue ocupate vos de eso". Así que cuando llegué al barco, que tenía tres pisos, me sorprendí de lo bueno que estaba.
Afuera, las olas se agitaban rojas, haciendo un fuerte ruido y llenando de espuma y yodo la superficie del mar.
Había televisores en las esquinas y la pared del barco tenia forma de velero de dibujito hecho por un niño y textura de cartón.
jueves
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 personas ya largaron:
fumate una chala que esta todo bien
Publicar un comentario