martes

Clockwork

Ella está parada esperando el colectivo. La bufanda le cubre todo el cuello y tiene en la mano un cigarrillo. Su cabeza se encarga de entretenerla: recuerdos, pensamientos e ideas incesantes. Está en su mundo.
Pero de repente, lo ve a él de espaldas, y se fuerza a si misma a bajar de la nube. No sabe quién es él. De hecho, nunca lo ha visto en su vida, pero siente una extraña necesidad por hablarle. Algo díficil de poner en palabras.
Antes de darle tiempo a actuar de alguna forma, él se da vuelta y la mira. La recorre entera con la mirada, y le sonríe.
Y por algún motivo, comienzan a hablar. Y el colectivo llega, y no se sorprenden al descubrir que deben tomar el mismo rumbo. Una parte más del engranaje que nos hizo encontrarnos, dice él.

Una ráfaga de realidad los soprende momentos después. Él se apura para bajar en la parada correcta. Y recién abajo comprende el error que ha cometido al descender.

3 personas ya largaron:

Anónimo dijo...

uffff

pero le pidio el telefono?

Aprendiz de borrachín dijo...

jaajajaj que boludo

Tomás Moro dijo...

La primera vez que me gustó una mina en un colectivo me pasó exactamente lo mismo... para la segunda vez aprendí y me terminé bajando con ella. Conclusión: perdí dos horas de mi tiempo a cambio de conocer su casa, obtener el número del móvil y... lo mejor de lo mejor: encontrarme una de mis mejores amigas hoy día.
En fin, vale la pena arriesgarse.