Barro

Bueno basta de rodeos, pensás. Ya lo vi, ya me vio, lo conozco, me conoce, corresponde que lo salude. Además, pensás, es un segundo, no es que tengas que hablar con él, lo saludás y ya está, tema terminado. Así que ahí está sentado a dos metros tuyo, te acercás. En ese momento, te das cuenta de que el piso resbala. Estuvo lloviendo todo el día y el jardín parece el ring de una pelea de barro; pero vos estás tranquila, caminaste un par de veces por ahí durante el transcurso de la noche, no te preocupa. Tuc. Un paso en falso. Estás en una posición rara, alguien te agarra del brazo y varios giran la cabeza en dirección a donde vos estás. Las piernas están duras y flexionadas y depronto, el piso. Desde abajo te reís, qué otra cosa podés hacer. Cuando lográs reincorporarte te mirás los pies. Negros como nunca.